viernes, 19 de noviembre de 2010

Causas próximas de la Guerra Civil Española

¡No pasarán!

¡Obreros! ¡Campesinos! ¡Antifascistas! ¡Españoles patriotas!... Frente a la sublevación militar fascista ¡todos en pie, a defender la República, a defender las libertades populares y las conquistas democráticas del pueblo!... A través de las notas del gobierno y del Frente Popular, el pueblo conoce la gravedad del momento actual. En Marruecos y en Canarias luchan los trabajadores, unidos a las fuerzas leales a la República, contra los militares y fascistas sublevados. Al grito de ¡el fascismo no pasará, no pasarán los verdugos de octubre!... los obreros y campesinos de distintas provincias de España se incorporan a la lucha contra los enemigos de la República alzados en armas. Los comunistas, los socialistas y anarquistas, los republicanos demócratas, los soldados y las fuerzas fieles a la República han infligido las primeras derrotas a los facciosos, que arrastran por el fango de la traición el honor militar de que tantas veces han alardeado. Todo el país vibra de indignación ante esos desalmados que quieren hundir la España democrática y popular en un infierno de terror y de muerte. Pero ¡no pasarán! España entera se dispone al combate. En Madrid el pueblo está en la calle, apoyando al gobierno y estimulándole con su decisión y espíritu de lucha para que llegue hasta el fin en el aplastamiento de los militares y fascistas sublevados. ¡Jóvenes, preparaos para la pelea! ¡Mujeres, heroicas mujeres del pueblo! ¡Acordaos del heroísmo de las mujeres asturianas en 1934; luchad también vosotras al lado de los hombres para defender la vida y la libertad de vuestros hijos, que el fascismo amenaza! ¡Soldados, hijos del pueblo! ¡Manteneos fieles al gobierno de la República, luchad al lado de los trabajadores, al lado de las fuerzas del Frente Popular, junto a vuestros padres, vuestros hermanos y compañeros! ¡Luchad por la España del 16 de febrero, luchad por la República, ayudadlos a triunfar! ¡Trabajadores de todas las tendencias! El gobierno pone en nuestras manos las armas para que salvemos a España y al pueblo del horror y de la vergüenza que significaría el triunfo de los sangrientos verdugos de octubre. ¡Que nadie vacile! Todos dispuestos para la acción. Cada obrero, cada antifascista debe considerarse un soldado en armas. ¡Pueblos de Cataluña, Vasconia y Galicia! ¡Españoles todos! A defender la República democrática, a consolidar la victoria lograda por el pueblo el 16 de febrero. El Partido Comunista os llama a la lucha. Os llama especialmente a vosotros, obreros, campesinos, intelectuales, a ocupar un puesto en el combate para aplastar definitivamente a los enemigos de la República y de las libertades populares. ¡Viva el Frente Popular! ¡Viva la unión de todos los antifascistas! ¡Viva la República del pueblo! ¡Los fascistas no pasarán! ¡No pasarán! (Llamamiento pronunciado por la Pasionaria, el 19 de julio de 1936.)


Milicianos en los alrededores del Alcázar o Zocodover, probablemente en la Calle de Armas. Fotografía tomada posiblemente entre los días 20 y 21 de septiembre de 1936 en Toledo por del piloto sudafricano Vincent Doherty.

Tras citar las causa lejanas hay que hacer incapié a las causas cercanas (después de la Segunda República). La causa próxima más acusada es la crisis, crisis tanto en el ámbito económico como en el social, y por lo tanto, también en el político. Esta situación es desfavorable para la República y ante ella se presentan tres alternativas políticas: un reformismo democrático, el fascismo y el comunismo.
La República optó por los cambios sociales a través del reformismo democrático mediante políticas como la reforma agraria, la separación Estado-Iglesia, una educación laica y para todos, el sufragio universal y mejoras para la población femenina y la clase obrera. Estas medidas no calaron en la sociedad y se avivaron las ideologías, tanto de izquierdas como de derechas. La derecha comenzó a imitar el modelo fascista italiano y mantuvo una oposición fuerte hacia las reformas del gobierno. La izquierda radical comenzó a promover la revolución oponiéndose a un gobierno que tildaba de burgués. La radicalización de ciertos sectores sociales desencadenó la violencia callejera y la bipolarización política en las elecciones del 16 de febrero de 1936. El 12 de julio de ese mismo año es asesinado por la extrema derecha el teniente de la Guardia de Asalto y socialista José Castillo. Como respuesta al día siguiente (13 de julio) se mató a Calvo Sotelo, líder monárquico. Este asesinato adelantó la conspiración que un sector militar llevaba preparando desde las elecciones de febrero. El 17 de julio de 1936 se sublevó la guarnición de Melilla extendiéndose por el resto de España el día siguiente, 18 de julio. Comienza la Guerra Civil y el territorio español queda dividido en dos, los defensores de la República y los defensores del alzamiento Nacional.

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